Lunes 4 de Abril de 2011.
¡Lo que es mío!
Por Riqui Ricón*
Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes (Deu 1.21).
El temor es una fuerza espiritual tan fuerte y poderosa como la fe, pero opuesta a ésta. La fe y el temor son como el norte y el sur, ambos se encuentran en el mismo eje y ejercen la misma influencia pero son totalmente contrarios.
Cuando las personas se acercan a mí porque están desanimadas o abatidas, o cuando yo mismo comienzo a sentir la presión del desánimo o la depresión, siempre pregunto: ¿qué voz estás escuchando? ¿La que te dice, ánimo, entra, ven sube y toma posesión de ella, no temas ni desmayes, todo lo puedes en Cristo, mayor es el que está en ti que el que está en el mundo; o la que te dice: está muy duro, es muy difícil, estás muy enferma/enfermo, ya no tienes fuerzas, no va a suceder, nunca va a cambiar, etc.?
La primera proviene de tu Padre, es Su Palabra, la Palabra de Dios, y produce fe en tu corazón pues sabes que Dios no miente ni se arrepiente, que lo que Él dijo lo va a hacer, que lo que Él habló lo va a ejecutar. La otra, pretende arrinconarte en un hoyo obscuro, paralizándote de miedo y depresión con el FIRME PROPOSITO de que te apartes de Dios y de Su Palabra.
- Pero, pero… Riqui Ricón, es que tú no sabes… mi situación… el problema en que estoy atorada/atorado… es pecado…
Pues, ¡No temas, ni desmayes! ¡Corre hacia Dios en lugar de huir de Él! Ya que siete veces cae el justo y siete veces se vuelve a levantar (Pro 24. 16). Nota que la Escritura dice “el justo” no el pecador y tú ya fuiste hecha/hecho justa/justo por el precio de la Sangre de Jesús. Es más: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.21).
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros (1 Jn 1. 9-10).
Esta provisión para el arrepentimiento y perdón de pecados es para los justos, para las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
- Pero, pero… no me entiendes Riqui Ricón… llevo mucho tiempo luchando con esto… continuamente estoy cayendo… ya son muchas veces que le pido perdón…
Pues, ¡No temas, ni desmayes! ¡Corre hacia Dios en lugar de huir de Él!
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete (Mat 18. 21-22).
Si Jesús nos pide que perdonemos setenta veces siete ¿acaso crees que Él no está dispuesto a perdonarte más? Así que, mientras te estás levantando setenta veces siete o las veces que sean necesarias por estar cayendo en algún pecado oculto, COMIENZA A CREER que eres quién Dios dice que eres: una Hija/Hijo de Dios Nacida/Nacido de Nuevo NO DE SIMIENTE CORRUPTIBLE SINO DE UNA SEMILLA INCORRUPTIBLE que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. Tarde o temprano, cuando menos te des cuenta, vas a creer quién tú ya eres en Cristo Jesús y, entonces, el pecado ya nada tendrá en ti. ¡Victoria!
- Pero, pero… Riqui Ricón, a mí el doctor me diagnosticó cáncer… diabetes… SIDA…
Pues, ¡No temas, ni desmayes! ¡Todavía no ha llegado el día, ni llegará, en que Dios falte a Su Palabra!
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8. 16-17).
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (1 P 2. 24).
- Pero, pero… Riqui Ricón, me van a despedir… no tengo para comer mucho menos para pagar mis deudas…
Pues, ¡No temas, ni desmayes! Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. ¡Él es fiel! ¡No te ha dejado, ni te dejara!
Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan (Sal 37. 25).
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4. 19).
Así que, ¡Sube y toma posesión de lo que es tuyo!
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 4 Mat 26. 30-46 / Deu 1.2 / Job 4